Radiaciones y Salud; ¿Ciencia o Mito?

Tras seguir durante un tiempo el debate sobre el tema de las afecciones (o inocuidad) de las radiaciones sobre la salud humana, me veo obligado a aportar mi «granito de arena». Que sirva este post para cumplir la promesa hecha en el anterior…

Dos bandos opuestos y una sociedad mayoritariamente indiferente.

Si bien los problemas de salud aumentan año tras año, la mayor parte de la sociedad se siente abrumada ante tanta advertencia; «es que todo es malo…», «si nos ponemos así, no podríamos hacer nada», a la vez que dependiente de una continua conexión, «papá, ¿es que aquí no hay wifi?»…
En este contexto, dos posturas públicas e irreconciliables, quienes defienden la inocuidad de las radiaciones en la salud y quienes alertan de los riesgos para la salud de las radiaciones… ¿?
(os advierto que no pretendo ser imparcial; estoy en el segundo grupo)

¿Ciencia o mito?

El principal argumento del primer grupo es la ausencia de base científica para confirmar posibles efectos sobre la salud de las radiaciones. De hecho, se ha llegado a afirmar que la ciencia está de su lado… mientras que acusan a quienes alertan del riesgo de las radiaciones sobre la salud de estar apegados a unas falsas «creencias». Asimismo, relacionan la medición o detección de radiaciones con prácticas esotéricas (radiestesia) propias de un mundo oscuro y medieval. De esta forma, queda claro que la ciencia, el sistema y la fe en la tecnología están por un lado y los esotéricos con sus «creencias», en el contrario.
Sin embargo, no hay más que documentarse un poco para desmontar esta fácil construcción dual… si hace unos años pudo tener cabida, hoy en día defender este esquema es una evidente prueba de desinformación…

El Informe Bioinitiative, compendio de 3.800 estudios científicos.

El 7 de enero de 2013 salió al público la segunda versión del Informe BioInitiative, una revisión bibliográfica de más de 1.500 páginas referentes a más de 3.800 estudios científicos y trabajos sobre la exposición a Campos Electromagnéticos (CEM) de Radiofrecuencias (RF) y de Frecuencias Extremadamente Bajas (FEB -ELF en inglés-) realizadas por expertos de reconocimiento internacional (en los campos de la oncología, de la inmunología, de la salud pública, de la política ambiental,…). La edición de agosto de 2007 (revisión de más de 2.000 estudios) se actualizó en diciembre de 2012 (con la revisión de 1.800 estudios más).
Los temas que abarca son la ciencia, la salud pública, las políticas públicas y la respuesta global al creciente problema de salud de la exposición crónica a los campos electromagnéticos y las radiaciones de radiofrecuencias en la vida cotidiana de miles de millones de personas en todo el mundo. Comprende los riesgos de las radiofrecuencias (incluso a muy baja intensidad) de los distintos dispositivos de comunicación y transmisión de datos (antenas base, móviles, routers Wi-Fi, portátiles, tabletas, teléfonos DECT, “contadores inteligentes”, …).
El grupo de trabajo BioInitiative 2012 estuvo formado por 29 autores procedentes de diez países, diez con títulos médicos (Doctor en Medicina –MDs-), 21 con doctorados –PhDs-, y tres con Máster en Medicina Clínica, Medicina Ambiental o Salud Pública (MsC, MA or MPHs). Entre los autores hay tres expresidentes de la Bioelectromagnetics Society (BEMS), cinco miembros de pleno derecho de dicha sociedad, el Presidente del Comité Nacional Ruso para la Radiación No Ionizante y un Asesor Principal de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
En mi opinión, la importancia del Informe BioInitiative radica en que no es un estudio científico más, sino un análisis de 3.800 estudios entre los cuales existen muchos que no establecen relación entre las radiaciones y los efectos en la salud. En un análisis global, no sólo equilibran la balanza hacia un lado, sino que además sus consecuencias son demoledoras.
El Informe documenta las evidencias científicas actuales sobre la relación causal de los campos electromagnéticos: se abordan la evidencias sobre los efectos en los genes y en el ADN (genotoxicidad)/ las proteínas del estrés / la melatonina y el sistema inmunológico / la fertilidad y la reproducción (disminución y alteración del esperma y abortos involuntarios) / efectos fetales y neonatales / alteración de la barrera hematoencefálica; evidencias del autismo, alteraciones neurológicas y del comportamiento (efectos en la memoria, el aprendizaje, el comportamiento y la atención, trastornos del sueño), la leucemia infantil y otros cánceres infantiles, los tumores cerebrales y neuromas, el cáncer de mama, el Alzheimer…
Prueba de la validez y el reconocimiento al Informe BioInitiative son las declaraciones institucionales; cuatro desde la AEMA (Agencia Europea de Medio Ambiente), en 2007, 2009, 2011 y 2013 y dos Resoluciones del Parlamento Europeo (2008 y 2009). Consecuencia directa o indirecta del BioInitiative es la Resolución 1815 del Parlamento Europeo (mayo 2011) sobre los «Peligros potenciales de los Campos electromagnéticos y sus efectos sobre el medio ambiente» en el que establece el Principio de Precaución, así como la Nota de Prensa nº 208 (mayo 2011) de la IARC (International Agency for Research on Cancer) de la OMS clasificando las radiaciones de radiofrencuencias como posible carcinógeno en humanos.

Una legislación suficientemente garantista frente a unas Resoluciones institucionales producidas por la presión política…

Volvamos al discurso de la inocuidad de las radiaciones… Al parecer, todas estas resoluciones institucionales (y otras tantas más), además de no tener base científica, son consecuencia de una respuesta a cuestiones que reclama la ciudadanía, fruto de un estado de opinión; es decir, resoluciones políticas consecuencia de la presión social.
Me pregunto dónde habrá habido una manifestación multitudinaria demandando protección contra las radiaciones, tan enorme y efectiva para hacer reaccionar a las instituciones a nivel europeo… Más bien, existen multitudes demandando conexión inalámbrica y despreocupadas, lamentablemente, de los posibles efectos sobre su salud. Y presión política la hay, claro, la mayoría somos conscientes de los miles de personas trabajando para los lobbies alrededor de los centros de poder en Europa, muchos de ellos/as para las compañías relacionadas con la comunicación inalámbrica…
Por otra parte, un importante pilar en este discurso es la existencia de unos límites legales para la exposición a la radiación que permiten un «uso saludable» de las tecnologías… Y es que no hay nada que temer, estamos por debajo de los valores límite legalmente establecidos. La IARC (OMS) ha establecido las FR y FEB como posibles carcinógenos, lo que sitúa a las radiaciones en el mismo nivel de peligrosidad que el café, pasear por una ciudad contaminada, trabajar en una peluquería o convivir con una persona fumadora… todo dentro de la normalidad, ¿por qué preocuparse?

El Informe BioInitiative propone medidas de protección ante las radiaciones.

«Los efectos biológicos están claramente establecidos y se producen a niveles muy bajos de exposición a los campos de FEB (Frecuencia Extremadamente Baja) y a las RF (radiofrecuencias); se producen en los primeros minutos en los niveles asociados con el uso del teléfono móvil e inalámbrico y a los minutos de exposición a las antenas de telefonía móvil, wifi y al «contador inteligente» inalámbrico.
Razonablemente cabe suponer que se produzcan efectos adversos para la salud si las exposiciones son prolongadas o crónicas. Esto es debido a que interfieren con los procesos fisiológicos normales (interrumpen la homeostasis), evitan que el cuerpo repare el ADN dañado, producen desequilibrios del sistema inmunológico, trastornos metabólicos y reducen la capacidad de resistencia a las enfermedades a través de múltiples vías. Los procesos esenciales del cuerpo eventualmente se pueden desactivar por las incesantes agresiones externas (de todo el sistema de interferencia electrofisiológico) y llevar a un deterioro generalizado de las funciones metabólicas y reproductivas.»

Informe BioInitiative 2012, Conclusiones

Si en el año 2007 o Informe BioInitiative denunciaba que las normas de seguridad pública eran de 100 a 1.000 veces superiores a los efectos biológicos encontrados, en la actualización de diciembre de 2012, con las nuevas evidencias, reconoce que “las normas de seguridad pública son de 1.000 a 10.000 o más veces superiores a los niveles actualmente referidos más frecuentemente… como causantes de efectos biológicos”.
Autores/as del informe reclaman la imperiosa necesidad de disponer de límites más estrictos ante la exposición a los campos electromagnéticos de hiperfrecuencias de microondas pulsadas (RF) y de baja frecuencia (FEB / ELF).
En la actualización Bioinitiative del 2012 se considera que, con los parámetros de la OMS y con la evidencia actual, los CEM (reconocidos por la OMS en 2001 y 2011 como posible cancerígeno humano -Grupo 2b-) se deben clasificar ya como carcinógeno humano tanto en Radiofrecuencias (Prof. Dr. Lennart Hardell. MD, PhD, Departamento de Oncología de la Universidad de Orebro, Suecia) como en Frecuencias Extremadamente Bajas (Prof. Michael Kundi, Phd, Instituto de Salud Ambiental, Universidad Médica de Viena, Austria).

Los medios de comunicación y la física.

El alcance, difusión y repercusión de los diversos (y convergentes) discursos de «aquí no pasa nada» es importante, inimaginable para la mayoría de la ciudadanía. Frecuentemente aparecen en los medios de comunicación sentencias pseudo-científicas, populistas y simples (en ocasiones con un evidente tufo paternalista y caciquil), del tipo «El campo magnético terrestre es incluso mayor que el producido por esta cocina de inducción», o «El wifi es inocuo porque la radiación producida no penetra en el cuerpo». Está claro que, a pesar de todo, estos sectores marcan la agenda y al resto nos toca desmentir los sucesivos bulos; en física de bachillerato ya aprendimos a diferenciar el campo magnético continuo (0Hz, el terrestre) del alterno (50Hz, frecuencia de los electrodomésticos, como la cocina de inducción). Sucesivos estudios científicos ya han aclarado que las ondas de Radiofrecuencias (wifi, móviles, antenas…) penetran… incluso llegan a calentar con elevadas intensidades (de hecho, la norma regula según estos efectos térmicos).
A veces espero con cierta intriga qué traerá la prensa de mañana…

La Ciencia no ha alcanzado la última explicación.

Hoy en día nadie ya cuestiona las afecciones a la salud humana por las radiaciones ionizantes (radiactividad); la ciencia explicó los efectos biológicos a nivel atómico y celular, la IARC lo clasificó como carcinógeno y la sociedad en su conjunto va asumiendo la peligrosidad que implican.
En el ámbito que nos ocupa, las radiaciones no ionizantes, la Ciencia todavía no ha llegado a explicar el Cómo; es decir, qué procesos ocurren a nivel celular que expliquen en último término los efectos biológicos que se sabe que existen. Ese fleco sin cerrar es lo que propicia, en definitiva, todo este debate. El Informe Bioinitiative lo aborda de la siguiente manera:

«Puede que nosotros, como especie, seamos más susceptibles de lo que se cree al pulso intermitente, a las señales de radiación de RF pulsantes de RF de muy baja intensidad que pueden interactuar con actividades críticas de los tejidos vivos. Es un error concluir que los efectos no existen porque no podemos explicar el CÓMO está sucediendo o altera nuestra interpretación mental de cómo deben funcionar las cosas.»

El estudio de mayor envergadura que estuvo más cerca de abordar este «agujero negro» fue el Proyecto Reflex, un estudio subvencionado por 7 países de la UE en que colaboraron 12 equipos de investigación. Para ello, desde la toxicología y la biología molecular, Reflex estudió las respuestas celulares y subcelulares a la exposición a radiofrecuencias y a campos magnéticos de bajas frecuencias. Entre sus conclusiones principales (año 2004) destaca que tras la exposición celular a estas radiaciones se observan efectos genotóxicos y fenotípicos (modificación de la expresión de numerosos genes y proteínas, claras rupturas de ADN) a niveles de exposición muy reducidos. Entre las conclusiones, destacaba la necesidad de seguir investigando para llegar a resultados definitivos.
A pesar de que el Proyecto preveía posteriores investigaciones, tras estos resultados, el estudio fue clausurado, los científicos despedidos y suprimida la financiación.

Acerca de la propia supervivencia de la especie.

En este «debate», los defensores de la inocuidad (¿o deberíamos hablar directamente del propio capital/empresas dedicadas al negocio inalámbrico?) acusan a los «otros» de fomentar el pánico y la histeria. Tiro errado, quizás; la simple lectura de las conclusiones del Informe BioInitiative pone los pelos de punta…
Personalmente, me ha llamado la atención la mención a uno de esos 3.800 estudios, que consistía en someter a varias generaciones de ratones a una exposición continua de radiofrecuencias en niveles de antenas de telefonía móvil (<10.000µW/m2). El resultado, infertilidad irreversible en la 5ª generación.
Claro está… ¿quién perdería el sueño por sus bizniet@s?

Barbarin (Nafarroa), 29 de septiembre de 2015.
Miguel Martinez de Morentin Morras,
Arquitecto y Especialista en Mediciones de Baubiologie por IBN-IEB.

Bibliografía:

www.bioinitiative.org, en inglés y también resúmenes en castellano
Declaraciones institucionales europeas basadas en el informe BioInitiative 2007:
– Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA / EEA):
• 2007. Comunicación de la AEMA apoyando al Informe BioInitiative.
• 2009. Conferencia «Prestaciones de los teléfonos móviles y los peligros potenciales de los CEM”. Presentada en The Conference on Cell Phones and Health, Science and Public Policy Questions. Profesora Jacquie McGlade, Directora de AEMA.
• 2008-2009: Participación de la AEMA (2008-2009) a favor del informe BioInitiative en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo.
• 2013: Ver «Lecciones tardías de alertas tempranas”. Volumen 2 en su capítulo 25: “Los teléfonos móviles y el riesgo de tumores cerebrales: ¿alerta temprana, acción temprana?”.
– Parlamento Europeo:
Resolución del 04.09.2008. «Revisión intermedia del Plan de Acción Europeo sobre Medio Ambiente y Salud 2004-2010».
Resolución de 02.04.2009, «sobre las consideraciones sanitarias relacionadas con los campos electromagnéticos».
Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa: Resolución 1815 del 27.05.2011 «Peligros potenciales de los Campos Electromagnéticos y sus efectos sobre el medio ambiente».

Acerca de mikelbioeraikuntza

Arquitecto, Máster en Bioconstrucción y Medidor de Biohabitabilidad por IEB/IBN
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7 respuestas a Radiaciones y Salud; ¿Ciencia o Mito?

  1. nuriavalldeneu dijo:

    Gracias Mikel! Muy interesante y revelador. Con tu permiso, lo comparto.

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  2. Josep Agustí de Ciurana dijo:

    Terriblemente interesante… la duda que me asalta es ¿y ahora qué? ¿qué pasos debemos dar para conocer más a fondo el problema y cómo enfrentarnos a él? ¿qué medidas podemos tomar cada uno individualmente o de forma colectiva para corregir este problema que no para de crecer?
    No creo que se trate de volver a vivir como el hombre del neolítico, pero seguro que podemos avanzar integrando la tecnología al servicio de lo fundamental que es la vida humana (individual y colectiva).
    Gracias por este artículo y por compartirlo.

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    • Ha sido un gusto compartir el artículo.
      Esa es la pregunta clave tras adquirir conciencia del problema, ¿qué hacemos?
      La respuesta es compleja y muy difícil de resumir en unas líneas. Afortunadamente, tenemos una charla a la vista, este mismo viernes, 9 de octubre a las 19,30h en Lorenea, Centro de Jardinería Ecológica de Noain, junto a Pamplona-Iruña. Bajo el título «Contaminación electromagnética en el hogar; identificación, recomendaciones prácticas y alternativas», abordaremos el tema que planteabas. Estais invitados/as!

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  3. maria nuria daumal castellon dijo:

    Buenas noches a todos. He oído hablar de que en Francia se esta solicitando la creación de poblaciones residenciales «blancas» , o sea sin antenas de telefonía y que utilicen solo la fibra óptica . Creo que en EEUU ya existe alguna y en otros países también se esta empezando a plantear . ¿ Alguien podría darme información ? Gracias

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    • Hola, Nuria.
      Existen ya lugares libres de radiaciones, zonas blancas, donde pueden vivir personas con electrosensibilidad. Personalmente, desconozco dónde están, cuántos son y en qué se pueden diferenciar, aunque está muy bien abordar el tema; quizás podría ser objeto de un próximo post.
      La fibra óptica a efectos de radiaciones, puede sustituirse por el cable telefónico y el «ethernet» en las viviendas; lo importante es que no exista un wifi para la conexión a internet. En general, todo lo que sea una conexión inalámbrica de información está basado en una emisión de radiaciones.
      Sin embargo, no todo cable es inócuo; nada más lejos de la realidad. Los cables de la red eléctrica suelen ser emisores de campos eléctricos e incluso de campos magnéticos (alternos), dependiendo su intensidad de muchos factores como la calidad de la instalación, de la conexión a tierra, etc. Hay que tener mucho cuidado con los sistemas de transmisión de datos por cable convencional (PLC), que generan electricidad sucia; esto es, una distorsión en el normal funcionamiento de los cables de la red eléctrica que genera más radiación.
      En definitiva, una «zona blanca» requiere no sólo una buena ubicación alejada de antenas o líneas eléctricas, sino también un extremo cuidado de la instalación eléctrica y un cambio en el modo de vida, especialmente en nuestra relación con la telefonía móvil.

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